El Jueves Santo es un día de profundo significado espiritual. Una jornada con gran valor artístico en las calles, cortejos sublimes y una tarde noche especial que antecede al momento culmen de la Semana Santa sevillana, La Madrugá. Es tradición en este día vestir la mantilla y el traje, y visitar, durante la mañana, los templos de la ciudad y sus sagrarios. Y es que el Jueves Santo simboliza el momento cumbre de la Pasión, la Última Cena de Cristo con sus discípulos y la instauración de la Eucaristía. Cada paso procesional que atraviesa Sevilla en este día es un reflejo de esa entrega. Procesionan este día algunas de las hermandades más antiguas, y quizás una de las obras maestras de la Semana Santa andaluza, Nuestro Padre Jesús de la Pasión, del escultor Martínez Montañés, que talló este majestuoso nazareno a principios de siglo XVII.