

La Amargura
Pontificia, Real e Ilustre Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes, María Santísima de la Amargura, San Juan Evangelista y Santa Ángela de la Cruz
Datos de interés
Año de fundación: 1696
Nº de Nazarenos: 1100
Nº de Pasos: 2
Tiempo de paso: De 35 a 45 minutos
Salida: 18:25h
Recogida: 01:00h
La Hermandad de la Amargura fue fundada a finales del siglo XVII en San Julián. En 1696 se aprueban las primeras reglas que asignan la tarde del Domingo de Ramos para celebrar la estación de penitencia. En 1699 se lleva a cabo la primera salida.
Tras un comienzo fuerte, sufre un periodo de decadencia hasta 1828, cuando un grupo de jóvenes impulsa la corporación. Se une a la sacramental de San Juan de la Palma en 1904. A diferencia de otras hermandades, pudo salvar a sus imágenes de la quema de iglesias de 1936. La Dolorosa fue la primera coronada canónicamente en 1954.
Historia Hermandad de la Amargura Sevilla
La Hermandad de la Amargura tiene un doble origen: la Hermandad Sacramental, fundada en 1554 en la parroquia de San Juan Bautista, vulgo de la Palma, y la Hermandad de Penitencia, surgida hacia la segunda mitad del siglo XVII en San Julián. Ambas nacieron de la fe y el amor: la primera, con la misión de dar culto a Jesús Sacramentado y a la Inmaculada Concepción; la segunda, impulsada por el espíritu contrarreformista y por la necesidad de testimoniar la fe en medio de tiempos convulsos. En 1907 ambas corporaciones se fusionaron, quedando definitivamente asentadas en San Juan de la Palma, donde hasta hoy han mantenido viva su devoción.
La Hermandad Sacramental contó en sus inicios con un notable patrimonio, fruto de rentas, cuotas y limosnas, que le permitió sostener cultos solemnes, procesiones del Corpus y celebraciones por los difuntos. En el siglo XVII alcanzó su esplendor, contando entre sus hermanos a nobles, artesanos e imagineros como la familia Ribas. Sin embargo, las crisis políticas y las desamortizaciones de los siglos XVIII y XIX mermaron gravemente sus recursos, aunque siempre hubo fieles que evitaron su desaparición.
Por su parte, la Hermandad de Penitencia nació tras la epidemia de 1649. Sus reglas de 1696 reflejan la austeridad y el recogimiento de sus procesiones, centradas en el culto a Jesús del Silencio y a María Santísima de la Amargura. Su vida fue difícil en los primeros tiempos: la escasez de recursos obligaba a recurrir a rifas de pan o dulces, e incluso a procesionar imágenes cedidas, como la Dolorosa de la Hiniesta. A finales del siglo XVII ya contaba con el Cristo, atribuido al círculo de Pedro Roldán, y a principios del XVIII aparece inventariada la Virgen, cuya autoría sigue siendo objeto de estudio.
El traslado en 1725 a San Juan de la Palma supuso un nuevo impulso. Allí la hermandad invirtió grandes esfuerzos en el culto interno, restaurando la capilla y enriqueciendo el cortejo. Destacaron figuras como los mayordomos Juan de Vargas Machuca y Francisco Javier Bernal, y el escultor Benito Hita del Castillo, quien probablemente talló el San Juan que acompaña a la Virgen.
Durante el siglo XIX, las crisis redujeron la nómina de hermanos, pero el entusiasmo de algunos, como Mariano de la Cuesta, revitalizó la cofradía. Se aprobaron nuevas reglas en 1828, se ampliaron insignias y se restauraron imágenes. En 1832 ingresó en la hermandad el rey Fernando VII, otorgándole el título de Real. A pesar de los contratiempos —como el incendio del palio en 1893—, la hermandad mantuvo su estación de penitencia, adaptándose incluso a cambios de día.
La fusión con la Sacramental en 1907 marcó un nuevo periodo de esplendor, tanto en lo espiritual como en lo artístico. Se enriqueció el patrimonio con bordados de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, orfebrería de Cayetano González y diseños de los hermanos Ortiz. En 1919 se estrenó la marcha Amargura de Font de Anta, que se convirtió en seña de identidad. Con túnicas y capirotes blancos, la hermandad adquirió su sello propio: el recogimiento del “Silencio Blanco”.
El 21 de noviembre de 1954 se vivió un hito histórico con la Coronación Canónica de María Santísima de la Amargura, primera dolorosa coronada en Sevilla. Desde entonces la corporación ha seguido creciendo en devoción, caridad y vida interna. En las últimas décadas, la hermandad ha abierto su participación a hermanas, costaleros y jóvenes, consolidando un espíritu renovador y de igualdad.
Hoy, la Hermandad de la Amargura, con sede en San Juan de la Palma, mantiene vivo su legado de fe, culto y compromiso social, siendo una de las grandes referencias de la Semana Santa sevillana y del Domingo de Ramos.
Nazarenos Hermandad de la Amargura Sevilla
La túnica o hábito con la que el hermano nazareno de la Hermandad de la Amargura realiza la Estación de Penitencia consiste en túnica de tejido de tipo “sarga” de color blanco, con cola que va portada directamente en el brazo por fuera del cinturón y de los cuadriles de este.
El mismo estará realizado en hilo de pita y su anchura será de un mínimo de veinticinco centímetros. El antifaz, de igual tejido y color, tiene la altura correspondiente para un capirote de noventa centímetros. El nazareno (a menos que vaya descalzo) lleva como con calzado unas sandalias de color cuero claro de dos tiras y talón cubierto con calcetines blancos lisos. En la parte delantera del antifaz, figura la encomienda, Cruz de San Juan Bautista (también conocida como Cruz de Malta), en blanco sobre fondo rojo rodeando en círculo a aquélla elaborada en paño, y con un tamaño de diecisiete centímetros de diámetro, bordeada de cordoncillo fino rojo.